sábado, 14 de noviembre de 2009



Era un miércoles cuando nos fuimos los de la clase de Industrias Culturales de la UDEM a ver qué encontrábamos dentro de la Nave Generadores del Centro de las Artes en Fundidora. Acercándonos al edificio, creo que todos pudimos sentir la bienvenida de los grandes lienzos coloridos de Carol Brown Goldman – una artista que, debo confesar, desconocía. Lo primero que me llamó la atención al entrar, aparte de los ya mencionados lienzos, fue el texto del curador – nada más ni nada menos que Donald Kuspit. Su nombre reverbera, es un nombre conocido y respetado dentro del circuito artístico y, a pesar de que suene mal, es un nombre que legitimiza la obra, aún antes de que se haya tenido la oportunidad de verla de cerca. Una vez leído el breve texto de introducción ya tengo una idea general de lo que me espera: una pintura basada en la abstracción, inspirada por el cosmos, fuertemente influida por lo místico y lograda a través de juegos ópticos.
En verdad, eso es lo que encontré en casi todas las pinturas de Carol Brown Goldberg, incluyendo una luminosidad y profundidad de campo que rara vez nos topamos en las obras abstractas, en este caso por el uso de cristal pulverizado. Es mi opinión personal que Goldberg produce trabajos sumamente complicados y atractivos, su secreto siendo la veladura de puntos que le da a sus ventanas al universo y la luz que parece proyectarse desde lo lejos por los granos de cristal. La manera en que construye estas ventanas y, tal como lo dice el nombre de la exposición: Abstracción del Nuevo Milenio, me trae en mente una mirada digital, una visión muy contemporánea del espacio.
Ahora, he leído poco de Kuspit pero sé que dirigió cuatro conferencias sobre arte digital en el Círculo de Bellas Artes en el 2005 titulado Arte Digital Y Videoarte: Transgrediendo los Limites de la Representación. El título lo sugiere claramente, Kuspit es un teórico interesado en nuevas maneras de representación y, aunque Goldberg no cabe dentro del marco del arte digital, todas sus 30 pinturas abstractas expuestas en la Nave Generadores adquieren cierto aspecto digital. Otro punto de Kuspit que me llamó la atención, respecto a la obra de Carol, fue que, en una entrevista para Nortecastilla.es, dijera, "En el arte no sólo tiene que haber un trasfondo teórico, espiritual y profundo, sino que también ha de ser hermoso, como la obra de esta artista". El aspecto estético en la obra de la artista es inegable, a pesar de que tardé en asimilarla. Yo atribuyo esta asimilación tardía a dos puntos en particular:
1. El arte contemporáneo, o mejor dicho, la estética contemporánea, frecuentemente sensacionalista, nos ha desacostumbrado a ver obra abstracta, una corriente que asociamos quizá (o por lo menos es mi caso) con la Ruptura o con el Expresionismo Abstracto Estadounidense de épocas anteriores.
2. La estética de Goldberg es distinta, asociable quizá también al Op Art pero con un giro nuevo y cósmico. Existe un juego de luz y de fondos que pocas veces encontramos en lo abstracto que, tal y como plantea Kuspit, es una abstracción del nuevo milenio.

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